¿Qué pasa cuando el presidente más poderoso del mundo abandona una reunión?

 

¿Te imaginas salir de una junta importante en tu trabajo porque hay una emergencia en casa? Bueno, eso es exactamente lo que pasó ayer cuando Donald Trump abandonó la cumbre del G7 en Canadá. Pero en este caso, la “emergencia” era el conflicto entre Israel e Irán que tiene al mundo entero preocupado. 

El G7 es como el club exclusivo de las economías más poderosas del planeta: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Japón y Canadá. Cuando estos líderes se reúnen, sus decisiones pueden cambiar el rumbo de la economía mundial. Pero esta vez, en lugar de hablar de comercio o clima, todos estaban enfocados en evitar que Medio Oriente explote en una guerra total.

 


Lo interesante es que Trump no solo se fue corriendo por la crisis, sino que antes logró firmar un acuerdo comercial con Reino Unido que beneficiará a empresas como Rolls-Royce. Mientras tanto, propuso algo que dejó a todos boquiabiertos: invitar a Rusia y China al G7, convirtiéndolo en G8 o G9. Es como sugerir invitar a tus ex novios problemáticos a tu fiesta de cumpleaños, sabiendo que va a haber drama.

Trump argumenta que si Rusia nunca hubiera sido expulsada del grupo en 2014 (por anexarse Crimea), quizás no tendríamos las guerras actuales. Es una teoría controversial: ¿es mejor tener a tus enemigos cerca para poder hablar con ellos, o mantenerlos fuera por sus malas acciones?

Esta situación nos muestra cómo la diplomacia moderna funciona a la velocidad de Twitter y WhatsApp. Las decisiones que se toman en estas cumbres pueden determinar si mañana pagas más por la gasolina o si tu trabajo se ve afectado por nuevas sanciones económicas. Entender estos momentos diplomáticos nos ayuda a descifrar por qué el mundo cambia tan rápido a nuestro alrededor.




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